La cabra de La Resinera

27.01.2014 22:54

Zona: P.Natural Sierras de Tejeda , Almijara y Alhama

Fecha: Enero 2014

Pieza: Hembra de macho montés

Orgánica: junta de Andalucia

Ratihunters: Juan "el primate" y Diego

 


Fruto de una subasta de la Junta de Andalucía, accedimos a dos precintos de hembra para recechar en La Resinera, que es la cara Norte del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama; un parque que podría sevir perfectamente como síntesis de la situación de la caza en España. Por un lado, la sierra abruma por su orografía, pasando del nivel del mar a los más de 2.000 metros de altura en apenas 12 kilómetros, confeccionando grandes zonas de riscos y finas pedreras multicolores que  dejan en evidencia su composición marmórea, y sirven de reposo para los tupidos pinares en los que, como si de la Imperial Toledo se tratase, se juntan pero no revuelven los negrales, carrascos y laricios.  Su orografía erosionada por el paso del tiempo y las aguas, nos regala multitud de cachorros- profundos desfiladeros- y saltos de agua, a la vez que confecciona el hábitat perfecto para nuestro íbice ibérico (subespecie del Sudeste)  y multitud de rapaces como el águila perdicera o nuestra emblemática águila real, que con sus más de dos metros de envergadura, impone su autoridad en esos cielos nazaríes.

Por otro lado, este Parque Nacional, por distribuirse entre dos provincias (Málaga y Granada), tiene dos Directores de Parque, dos equipos de guardería, dos tipos de precintos, dos modos de gestionar a un lado y otro del Pico Tejeda........ y así es nuestra piel de toro: salvaje, hermosa y paradisiaca a la vez que caótica, absurda y autodestructiva.

En fin, que asignadas el lunes a petición de un ratihunter (si, tu, Ignacio Lavíña) que más tarde se rajaría por irse a esquiar a Italia, Diego y Juan finalmente se organizaron para recechar: Diego vendría desde Málaga (fin de semana de playita, pescaito, masajes  y spa) y Juan desde Sevilla (fin de semana de niños, suegros y pañales)…¿Quién ha dicho que el mundo sea justo? Así el domingo por la noche, y tras dejar los achiperres en la Fonda de Carmen, una señora ya medio gagá  pero muy acogedora, quedamos a echar una cerveza con Antonio (guarda asignado para la cacería y conocido en Otívar como "El Látigos"). Tras una buena cena, unas cervezas y mucha conversación, nos despedimos para quedar la mañana siguiente al lubricán, no sin antes darle un buen magnum de vino como obsequio pre cacería. 

 

Con 15 minutos de  retraso apareció El Látigos……pero apareció con unos aguacates para mi madre que le dije le encantan…. ya me ha ganado, el muy cabrón..... Café rápido y a los coches. La mañana levantó increíblemente templada (16 grados a las 8am)….un canto de sirena que  la montaña emplea para atraer a los incautos, y que al coronar el puerto se había desvanecido para dar paso a una trampa de vientos fríos, niebla y 7 grados de temperatura. Allí nos esperaba Paco que sería nuestro guía.  El caso es que tenían un cazador austriaco que, liado por un orgánico, había venido en esta época a matar un macho trofeo, cosa complicadísima dadas las fechas y el clima reinante.  A pesar de haber gastado los tres días asignados, la guardería – en un gesto de profesionalidad- le había prolongado la cacería para ver si podían evitarle el volverse de balde (más tarde nos enteraríamos que cuando por fin divisaron un macho tirable, el austriaco rehusó subir a por él por ser demasiado dura la ascensión…. Cordillera Penibética: 1  Alpes: 0. Olé!)

 

Así pues, habiendo decidido la pecunia que Diego tirase en primer lugar, salimos con Paco en busca de nuestras hembras, iniciando la caza desde la cota más alta y bajando en coche de altitud buscando las zonas libres de niebla.  El día se había tornado arisco y desasosegado…….como queriendo echarnos de sus dominios una vez vistas nuestras intenciones.

Tras casi dos horas de recorrer /parar/recorrer/parar  sin ver caza, llegamos a una garganta de baja altitud en la que al bajarnos a otear, descubrimos una cabrada en las denominadas “Cuevas de Moñiga”.  Allí se encontraba un grupo de hembras con algún chivo ya crecido y algún subadulto.   A pesar de que alguna ramoneaba, era evidente que no pretendían moverse de la zona en un rato, por lo que Paco decidió que subiésemos al coche y diésemos la vuelta al pico para entrarles por detrás y, si los revueltos aires lo permitían, ganarles la baza por altura. 

Una vez dejado, el coche y comprobando que el viento iba bien, entramos sigilosamente….al llegar a un cortado….bingo!!! ahí estaban!!!!  Pero una hembra más enmontada que no habíamos visto, divisó a Paco y comenzó la huida……. No había tiempo para mucho deleite….en un solo movimiento, Diego se tumbó a la vez que abría el Harrier de su 243 Weatherby….. una hembra ya adulta que andaba más baja, no nos había visto y por ello aguantó un poco más el tornillazo…….y eso fue su perdición.  La punta de 90 grains se hundió en la base alta de su pecho, consiguiendo una muerte indolora…… un rececho perfecto en un animal representativo de+/- 8 años y 12,5 cms de cuerna.  Abrazo, fotos, medidas, precintos, más fotos…… Diego alegre por el éxito daba el relevo a Juan que, por exigencias del guión, tiraba también con el 243 Weatherby.

Tras una hora de ojear y circular, finalmente llegamos a otra zona en la que la niebla hacía trucos de magia apareciendo y desapareciendo a merced del caprichoso viento. En uno de esos clareos, Paco y Diego (primate, cómprate unos nuevos prismáticos), localizaron una vieja cabra en lo alto de un risco…..parecía que llevaba un careo lento pero constante hacia la cima, pero la intermitente niebla  no dejaba tomar una decisión: era un rececho largo y duro y había que cerciorarse que era una buena cabra y que no desaparecería para cuando llegásemos.   Finalmente, y dada la escasez de caza que nos brindaba el día, decidimos ir a por ella: bajaríamos por una pista hasta una loma que nos facilitaría protección. De ahí  llegaríamos a la falda del morro en el que estaba, que esperábamos poder rodear para entrarle por el otro lado….. y lo que son las cosas……cuando habíamos bajado el primer repecho, Diego localiza en lo alto de una garganta protegida del viento, una cabrada sesteando al abrigo de unos pinos nuevos……justo a la altura donde habíamos dejado el coche…..Rápidamente nos agachamos, y como eslabones de una especie por evolucionar, retrocedimos encogidos hasta la protección de una pared caliza, donde recapitulamos y decidimos la estrategia: subiríamos por donde habíamos bajado, para entrar por unos pinos sucios y tratar de tirarlas de pared a pared….. Así, tras un buen repecho y una sigilosa entrada por el pinar, nos hallamos detrás de una tupida sabina, a 180 metros de las cabras…….. Paco tenía claro que había una muy grande, pero Juan no conseguía verla….momentos de tensión…….hay que corregir posición porque se están  moviendo….han sentido algo……”vamos, vamos Juan!” susurra Paco… “vente p´acá”…..Las cabras ya tienen claro que una mano mortuoria las estás buscando y comienzan la huida…..Paco ya con el descaro del que nada tiene que perder se lleva a Juan a todo el abierto:  “ahí van, ahí van….desde aquí a la que toman el pecho de enfrente…..la primera de esas dos es vieja”.  Las cabras coronan un pequeño morro y pasan por detrás de una sabina y paran un segundo en un falso llano, como cogiendo fuerzas para conquistar el siguiente tramo de pendiente….. están casi de culo pero es ahí o nunca…….Juan hace bramar el palo de fuego y…….una cabra cae! Le ha dado!!! Un tiro a  115 metros pero de culo y con un rifle ajeno no es tan fácil como pueda parecer!!!  Incorporación, enhorabuenas…..Pero espera, Paco señala a la hispánica : está herida de muerte pero haciendo amagos de irse…Juan se vuelve a tumbar y la entaca con los 90 grains de la Winchester, haciéndola rodar cortado abajo como si de un documental se tratase (menos mal que no es un macho trofeo).

Paco da la enhorabuena y calla: sabe que al pasar la sabina habían intercambiado posiciones y Juan ha tirado la hembra joven de apenas 10 cms de cuerna….pero eso no es lo importante, sino el precioso lance lleno de adrenalina y emoción!!

Fotos, más fotos más fotos (“desde ahí no, que se me ve muy gordo”. “es que lo estás, Juan”) y precintos…….. Vuelta al coche, parada a comer con Paco en un restaurante de menú, propinas y coche para la gran ciudad…….. pero nos vamos con gratos recuerdos del cazadero, el trofeo, la guardería (al día siguiente, El Látigos me llamaría para interesarse por cómo nos fue y qué nos pareció la zona…todo un detallazo), y las horas de campo pasadas juntos……..definitivamente, no ha sido el peor Lunes de nuestras vidas ….jeejejejejejej!

 

El Ratipoint se lo debería llevar Juan por matar una TRUE RAT, pero excepcionalmente se lo lleva Nacho por dejar colgado el precinto habiendo puesto él las fechas.