Operación Corzo II Edicion
(La aldea de Pampiedra)
Orgánica: Asociaciós deCazadores de Langreo-Pampiedra
Cazadero: Coto Provincial de Langreo
Rateros: Luis Gayo, Nacho, Diego
Objetivo: Corzo trofeo
Con cierto retraso, y tras esperar a que Nacho saliese de trabajar, pusimos rumbo a una nueva expedición en busca del capreolus en tierras astures.
Luis Y Nacho pronto dieron la cara durante el viaje a base de cervezas: iba a ser una cacería muy dura! La recepción que nos dio la cuenca –negra, ventosa y lluviosa- contrastaba con la de Ricardo, el propietario de la Peña de L ́Agua, que a pesar de ser la 1 de la madrugada nos regaló una sonrisa y un abrazo a nuestra llegada. Así, con zumo de cebada y frutos secos de carretera por cena, nos refugiamos al cobijo de las mariposas (Luis) y las cerezas (Nacho y Diego) tratando de arañarle unas horas de sueño al lubricán.
6.30am. Sólo el sentimiento atávico es más fuerte que los halagos del lecho. Es noche cerrada y amenaza lluvia...como si de una superproducción de Hollywood se tratase, ahí fuera sólo nos esperan el fracaso, caminatas interminables y la promesa de mojarnos sin ver nada. Perfecto. ¡Es lo que venimos buscando!. El Presi, Jose, aparece mientras apuramos nuestros chutes de arábigo para ir tramitando papeleo a la que acordamos la estrategia del día ( nos saltamos el protocolo del saludo porque, aunque ha pasado un año, la cercanía afectiva tiene la capacidad de convertir los meses en días): Luis irá con Carla a una repoblación de la cuenca y Diego y Nacho (por cuestiones técnicas hay que ir en 2x1) subirán con Hugo a la linde de San Martín. Archiperres, todoterreno y rockanrola!!!!!
(Luis posa en la repoblación para el nuevo catálogo de Armerias Alvarez)
Como si de una silla se tratase, todo viaje de caza tiene cuatro patas que si una de ellas falla, acabas tirandola: la caza, el cazadero, los cazadores y los oriundos con los que cazas, siendo la gastronomía el cojín que evita que tengas el culo duro. En la “Operación Corzo” anual jamás se ha buscado grandes trofeos sino grandes experiencias. Por eso, y a pesar del flojo resultado en 2.014, repetimos en Pampiedra: cazadero precioso, gente honesta y entrañable, población de corzos importante y un “cojín” en el que depositar las posaderas que ya querrían muchos estrellas Michelin.
Volviendo al monte que nos ocupa, Nacho y Diego subieron con su equipo a la linde de San Martín: zona muy querenciosa por estar salpicada de prados para el ganado que permiten a los corzos pastar al abrigo de zonas de monte prieto. A esto hay que sumar la escasez de sendas, que limita mucho el acceso de gente a la zona. La jornada nos dio la espalda con desdén: lluvia, viento y un capote zaino por cielo...era obvio que nuestra visita no era de su agrado. El equipo tenía localizados algunos machos que careaban al lubricán...estamos aún en época de marcar territorios y su actividad nos favorece.
A la media hora de comenzar el rececho identificamos un macho careando. Parece bueno y así lo confirma el catalejo (o “mirón”, como lo llaman en la zona). Se encuentra a 280 metros en un manchón sucio en medio de un ribazo de monte muy bajo. Decidimos entrarle por altura Hugo y Diego, mientras Nacho y Sabino permanecen en la falda de enfrente vigilando sus movimientos. Debido a las caprichosas formas del terreno, onduladas como si de la frente de un labriego sexagenario se tratase, estamos obligados a meternos encima del corzo para poder tirarlo. Tras una breve discusión, entramos lentamente y con muchas pausas, intentando adelantarnos a los movimientos del esquivo corzo. La última asomada donde se enmontó.........nada! Nuestro amigo ha cogido el aire y dejado la escena del crimen mucho antes de que llegásemos!! Qué frustrante!
( pecho en el que vimos al corzaco a la que se metía al fondo. A ver quien es el guapo que le gana la jugada así)
Cuando fracasas en una entrada, las botas siempre pesan más al desandar lo andado, y la correa del rifle aserrucha tu hombro cuando antes lo acariciaba. Así penábamos la oportunidad perdida mientras recuperábamos altura para seguir con nuestra jornada de caza.....al llegar a la cuerda, retomamos la vereda de San Martin y con ella el modo “killer” se reactiva. Tiene Hugo un pequeño defectillo como guarda y es que va a su ritmo y no al del rifle, lo que le lleva a ir a veces adelantado y seguro algún día se ha quedado algo sin tirar por esta razón. De ahí que al poco rato caminaba 5 metros por delante de Diego....... ¡Al suelo! Un leve toque en el hombro de Hugo le hace entender la orden castrista y dobla rodillas. A la vuelta de la vereda ha aparecido un machete en el pecho de enfrente y, ajeno a nuestra presencia, ramonea una aulaga frondosa...está de culo y es su escudo ajudiado lo que indica su sexo. (Por gestos) “No nos ha detectado y es macho” (prismáticos a la cara) “No consigo ver el trofeo bien pero parece que no tiene muy desarrollada una punta. No vale” (más prismáticos y más gestos) “No me desagrada y está franco para el disparo” (más prismáticos) “A mí de tanto mirarlo, ya tampoco me desagrada pero tenemos tiempo de encontrar algo mejor que tengo varios vistos muy buenos” (más prismáticos) “Se está tapando” (en voz baja) “Se ha tapado careando así que ya no tenemos que decidir qué hacemos. Sigamos cazando” Nada más incorporarnos localizamos otro machete-esta vez claramente no tirable- a escasos 40 metros por encima del anterior. Definitivamente la caza hoy está dando la cara..la cosa promete!!!
(corza careando entre helechos secos)
Seguimos la cuerda durante toda la mañana, viendo un último macho que Hugo tenía localizado en una vaguada cercana a la carretera, la cual no dudó el capreolus en cruzar escabulléndose en lo sucio. Con el Sol ya en la perpendicular, decidimos concluir la salida. No habíamos tirado pero tuvimos nuestras ocasiones y hubo mucha caza. Mientras llegaba Lini al punto de recogida, Hugo daba/recibía el parte de guerra de Carla y Luis: habían practicado la postura del culo-roca, viendo varias hembras y machos jóvenes. Carla tenía localizado un buen macho y ha de ser ese el que caiga, sí o sí….después de dos años ni le planteamos alternativas porque ya sabemos de su tenacidad férrea y determinación casi ya obsesiva…más guardas como ella hacen falta.
Ya en Pampiedra, las ganas de cerveza y charla se imponen al compromiso terapéutico en un spa cercano, y cancelamos los masajes contratados para cervezearnos en el bar más próximo mientras compartimos sensaciones del día….sensaciones que son potenciadas por una fabada y una chuleta de vaca vieja con que nos recibe Ricardo para comer y que, como si de Virgilio se tratase, nos guían del placer de la mesa al placer de la siesta con pasmosa suavidad…..
(esas fabes que bien valen ellas solas el viaje)
¡Pipipiiii, pipipiiii!!! La algarabía del Smartphone de Nacho, salva a un corzaco de lo que era un tiro de codillo inminente. Nos vestimos y al campo a probar suerte en las mismas zonas….con idéntico resultado (incluyendo una nada honorable espera desde el parking). De vuelta al hotel, una cena ligera (aun pesan la fabada y chuleta), un par de botellas de sidra, y a la cama.
Sábado 6am: El café y la tostada con tomate se apuran gaznate abajo mientras las estrellas aun brillan rabiosas en el cielo. Salimos con ganas porque hay localizados un par de corzos que prometen…en el coche de Lini vamos Nacho, Hugo, Diego y el mismísimo Lini. Durante la ascensión las sombras van perdiendo su intensidad, dando paso a esa inerte claridad que precede al amanecer…..justo en ese momento llegamos a la zona alta donde robledales y hayedos dan paso a los helechos, que en esta época aún no están crecidos, y es justo en esa frontera donde nos topamos con un corzo a menos de 20 metros de la carretera…."¡No pares! Sigue conduciendo hasta pasar la curva y cuando pares, no apagues el motor”….Rápida y silenciosamente bajo del coche, compruebo la dirección del viento, cargo el rifle y desando los 40 metros hasta la curva. Lentamente encaro los helechos de rodillas. Al cazar de abajo arriba no es fácil localizarlos, pero finalmente veo un culo. Está ramoneando y despreocupado del coche. Muy lentamente gano dos metros más…veo ya el lomo pero no la cabeza…la espera es muy tensa por la escasa distancia que nos separa y porque la posición es muy incómoda, pero antes o después tiene que levantar la cabeza para cerciorarse que no hay peligro….esa es su naturaleza desconfiada……los segundos en esa posición son pequeñas torturas….finalmente levanta la cabeza…es la hembra!! El macho ha de estar cerca…..pero dónde??? ¡Ahí! A 20 metros de la hembra se adivina otro lomo cobrizo…tiene que ser él….alza la cabeza y muestra un trofeo joven, muy joven para ser abatido….retrocedo lentamente para no molestarlos pero la hembra me ve y se lleva al macho monte abajo. No ha debido de tener claro qué soy porque ni ha ladrado, así que seguro retoman su careo habitual.
Ya todo el grupo unido, seguimos la ascensión y aparcamos el coche en la base de la otra cara de la morra, porque el corzo grande ha de andar por allí. 5 minutos de prismáticos lo localizan en el pico de la morra. Allí, tumbado en lo más alto con la cabeza erguida, oteando sus dominios como un mariscal victorioso observa el campo de batalla. Nos planteamos la estrategia para entrarle, pero no hace falta. Él solo ha decidido carear hacia abajo, así que Hugo y Diego bajamos donde vimos el corzo chico...desde ahí dejaremos que él solo se venga a morir. Encontramos una piedra cómoda para apostarse, desde la que se controla toda la falda sur. Los minutos se hacen eternos…algo no va bien….está tardando demasiado…debe haber volcado a la cara Este para bajar. El aire viene terciado de Oeste a Este, así que si efectivamente ha volcado, antes o después nos cogerá el aire…..hay que actuar. Nos levantamos para mejorarnos sólo para oír un ladrido a 10 metros nuestro: ¡La hembra! Como un poseído arranca a toda velocidad buscando refugio en los árboles, pero mis ojos no la siguen: no es mi objetivo. Su amante fiel ha de anda por algún sitio..¡Ahí! Se arranca siguiendo a la hembra. Va de culo y ya está a 80 metros, pero hay que intentarlo porque porta buena leña en lo alto. Lo meto en el visor y dejo que me sorprenda el tiro…¡click! La bala ha fallado!!! El corzo desaparece en la espesura con la misma velocidad que mi cara adopta una expresión ojiplática. ¡Vaya putada!. 3 lamentos y varios exabruptos después, soy consciente de que en realidad ese no era un tiro a hacer: estamos de rececho, no de cacería. Además, con el 243 y de culo…..En fin, que mejor así.
(La morra no nos dio facilidades)
Seguimos con la ilusión intacta porque nos dicen por la emisora que están viendo un macho tumbado en la misma zona que ayer dejamos el grande. ¡Debe ser él! Vamos a paso de legionario para allá evitando asomadas inútiles hasta llegar a la zona “X”. En el camino ignoramos una corza, ignoramos a Nacho y Sabino, ignoramos todo lo que no sea nuestro objetivo...cuando llegamos nos informan que el viejo astuto ha repetido la operación y se ha metido el único manchón sucio de la falda...¡Nos la ha vuelto a jugar!!
Hugo propone un plan: yo me apuesto a media ladera en una vereda que tiene muy tomada, y él entra a lo sucio desde abajo para echármelo.Me acomodo bajo una piedra desde la que diviso el pecho de enfrente por donde creo intentará volcar al otro lado…Oigo a Hugo caminar tronchando ramas ya cerca, cuando asoma la cabeza del corzo por un milisegundo…no sé de hecho si realmente lo he visto o es mi mente jugándomela. Creo que lo tengo debajo de mí pero no lo veo más. Estoy muy nervioso y la adrenalina bulle rabiosa como lava. Me pongo de pie para ganar ángulo de visión. Tiene que salir por algún sitio!!! La tensión se manifiesta ya con un leve temblor de la pierna izquierda y esa sensación de que el corzo se va a espantar por el pálpito estruendoso de mi bomba cardiaca…Puff, que momentos más intensos!!!
Como suele ocurrir en la caza sin aditivos, todo se precipita cuando lo veo aparecer carrera arriba en el pecho de enfrente. Se dirige al escape que habíamos anticipado! 120 metros, 130 metros…sigue ganando altura y de culo. Si no se detiene a hacer la típica “paradiña” va a salvarse……140 metros….todo se paraliza cuando su naturaleza inquisitoria le obliga a girarse y mirar abajo para entender qué le había perturbado. La pierna deja de temblar y el corazón amordaza la respiración para poder mandar una carta certificada que le alcanza en el codillo alto, haciéndole rodar ladera abajo. Pega dos revolcones pero se rehace y vuelve corriendo al refugio de lo sucio.
El revolcón y la carrera hacia abajo son indicio claro de que va muy malherido…..aun así no bajo la guardia y me incorporo mientras descerrojo y me preparo…..hacia abajo no puede salir porque Hugo le cierra el paso, y ascender no puede físicamente…sino lo habría hecho de primeras, así que sólo le queda salir enfrente, morir en lo sucio, o salir hacia mí. En esas cábalas estoy cuando un trote retumba por la trocha encima de mí…..como un espartano ha remontado el pechito que le separa de la morra en la que estoy apostado y busca su huida por mi espalda!!! Giro y encare al unísono encierran en la cruceta durante escasas décimas de segundo la imagen de ese viejo macho luchando por su vida… Finalmente un tiro de remate en el escudo le hace rendirse. ¡Qué lance más intenso! Es un corzo viejo y en clarísima regresión. Hugo llega de su pechada al corzo y me da la enhorabuena por el precioso lance, pero algo no le cuadra: esperábamos que fuese el gran macho que habíamos visto en este mismo punto el día anterior…… Se exigen mucho en el equipo del coto y es de agradecer, pero un buen ratero ha de apreciar a la guardería por el trabajo a conciencia, el lance incierto y el abate del tipo de pieza que se venía buscando, y en este caso se ha cumplido todo con creces. Es momento de celebración! Fotos, abrazos y la buena nueva está ya en las ondas a través de la emisora!!!
(Hugo y Diego con el viejo astuto)
Recogemos el animal ya sin vida (en mi retina, no en mi memoria) y bajamos al coche…es el turno de Nacho de intentar dar con su macho astur, así que sin perder el tiempo le recogemos y nos acercamos a una zona alta desde donde se controlan extensas zonas de pasto lindero con monte……oteamos hasta bizquear durante una hora, pero es tarde y apenas localizamos una corza solitaria……donde estamos apostados está hozado entero por los suidos y no puedo más que pensar en hacer una espera ahí mismo…..la sed me ha vuelto en menos de dos horas!!! Decidimos por unanimidad cerrar la mañana y saciar la sed más mundana con unos culines de sidra fresca, no sin antes ir a apiolar el macho. Mucha gente piensa que cazar es la acción de predar a un animal salvaje en su medio, pero cuando estás en el cemento de la casa de un amigo tomando una cerveza mientras bromeas y te metes puyas a la que apiolas a la pieza abatida, te das cuenta que la predación no es más que el átomo necesario para crear la compleja acción de la caza, una acción con muchos otros componentes sin los cuales no sería tampoco caza.
Tras una comida de personas con buche por boca en la que dimos cuenta de cachopos como barras de pan, quesos locales, una especie de tacos de picadillo con cabrales y una parrillada, pusimos rumbo a Pampiedra no sin antes arrancar una promesa del dueño de prepararnos al día siguiente un cordero a la estaca.
Siesta, vaso de agua y al campo…..Desde el asiento del copiloto se ve todo muy diferente: más sereno, en cierta forma más bonito se podría decir…… Quico ha localizado un corzo en una ladera que la conforman en la parte alta brezos bajos y en el sopie un pegote de monte semi cerrado poco arbustivo pero con densidad alta de arboleda…… Aquí nos hayamos, oteando con el “mirón” un corzo que enreda entre el limpio y lo sucio…hemos llegado tarde porque antes fuimos a otra zona con mucha querencia (donde Charly falló el corzo el año pasado) y desde la que se abarca todo el valle….aunque apenas vimos un par de corzas y un machete joven, disfrutamos como enanos trabajando las fotos de timador y comentando la belleza de la zona.
(desde el puesto en el que Charly trincó un ratipoint. Lugar perfecto para fotos de timador)
Así pues, aquí estamos, con un muy buen corzo de careo y la noche azorándose por protegerle……. Está largo y vamos tarde, pero Adrián y Nacho se lanzan a por él….seguir discutiendo sobre qué hacer es el preludio de no hacer nada, por lo que se arrancan a paso de legionario, cortando oblicuamente el descenso…….. El paso es a veces peligroso por la escasez de luz, lo abrupto del terreno y el ritmo que impone Adrián, pero el instinto atávico es más fuerte y no cedemos en la marcha…sabemos que ya se ha metido en lo sucio y hay que llegar con al menos un hilo de claridad a la que pueda el Kahles 10x50 aferrarse….. dentro del monte la oscuridad se hace fuerte más rápido acunada por la sombra de los árboles, pero una prueba rápida nos dice que hemos llegado a tiempo……entramos lentamente escudriñando cada tronco y cada arbusto en busca de movimiento……algo ha saltado!!!! Entre dos árboles se atisba la figura de un corzo, pero es ya tan tarde y la mente tan caprichosa, que bien podría ser ramas superpuestas….en cualquier caso no se aprecia el trofeo, así que dejamos que se deslice en la noche para vivir un día más. Emisora y al coche todos….ha sido un día increíble lleno de emociones.
( Nacho y Hugo "se entienden" a la perfección mientrás esperan al corzo)
Al llegar al hotel Luis no hace sino ratificar que cuando uno tiene la negra……ha visto una vez más muchísima caza pero nada tirable….. aunque por su humor y buen comer nadie diría que no está teniendo suerte!! Ricardo nos saca unos berberechos como vieiras y algo más de picar, que acompañado de sidra y un par de copas, hacen el caldo de cultivo perfecto para una noche de risas, encendidas discusiones por temas intrascendentes y sueños con lances felices….Mañana toca mojar seguro que es la última salida!!!!
(berberechos como vieiras. ¡Qué locura!)
La alarma se adelanta al pitu y con la ilusión renovada por la cafeína del fugaz café que tomamos antes de salir, nos ponemos en marcha al mismo punto que la noche anterior. Sabemos que el macho de la zona tiene un careo muy fijo en la zona y queremos pillarle al lubricán. Llegamos a tiempo para que Nacho se aposte en un alto del terreno desde el que dominar todo el tiradero. Quico, Cristian y Diego se quedan en el alto a 400 metros de ellos. Todos los actores están listos pero falta la estrella principal…..los minutos se alargan y la luz poco a poco se va adueñando de cumbres y valles…..Como siempre ocurren estas cosas de repente ahí hay un capreolus…..un rápido chequeo de prismáticos confirma que es una hembra que carea a media altura y que busca el refugio de algo de maleza que hay en la parte más depresiva de la falda….la he tenido a tiro franco pero obviamente se respeta……el movimiento de una hembra siempre enfervoriza el ánimo, así que seguro que el macho aparecerá……. Y ahí está: el macho orgulloso carea por todo limpio y bien enfilado hacia nuestra posición. Se ve entero y adulto así que ha llegado el momento de predar……el corzo va enfilando hacia abajo. Es un tiro franco pero esto nunca es fácil…….el macho hace una parada para mirar alrededor sin saber que así me da pie para cuadrarlo en la óptica…….¡zap! El inconfundible sonido de la Remington 243 Accutip dando en carne, explica la alocada carrera que, tras doblar, emprende el corzo buscando el refugio de lo sucio. No debe andar muy lejos pero pistear siempre tiene un punto de incertidumbre y desazón…. Bajamos Diego, Cristian y Nacho por la ladera mientras Quico y otros vienen desde la carretera……no se aprecia sangre y empezamos a preguntar por perros de rastro, y mientras esperamos en medio del monte, localizamos una cama de sangre…..va dado y acaba de estar ahí tumbado..tiene que estar muy tocado para tumbarse tan cerca!!!! En esa estamos cuando le vemos…..viene de allá para acá pero se ha tumbado otra vez…algo le ha asustado y se ha vuelto hacia nosotros, pero lleva las dos patas delanteras partidas y apenas puede andar. Aun así se levanta al acercarse Nacho y salta una valla de medio metro de alto…..es increíble la fortaleza de esos animales!!! El pobre apenas puede huir y una segunda bala termina con él….es un animal precioso!!! No es el macho grande que habíamos localizado pero aun así es un hermoso trofeo: entero, con su perlado y un grosor correcto para la zona. ¡Vaya bautismo corcero el de Nacho!
Fotos, alegría y tras mandar la instantanea a Luis y practicar el obligado escarnio sobre su mala suerte (esta mañana tampoco ha tenido nada tirable), junto Quico llevamos el corzo hasta el coche y de ahí a desollar.
(Nacho no ha resultado ser tan timador depués de todo. ¡Vaya bautismo corcero!)
La noche anterior acordamos no estirar más el viaje, así que esta ha sido la última salida. Como cierre del viaje nos fuimos todos a tomar ese apalabrado cordero a la estaca que tan rico hacen en esta zona. Un buen broche final en el que, a pesar de que Luis no ha podido tirar, la gente, el cazadero y la gastronomía nos obligan a dejar esta tierra con un sentimiento de agradecimiento: caza 100% salvaje y entre amigos, es la esencia ratera y por eso nos despedimos con un simple “nos vemos” conscientes de que no va a pasar mucho tiempo antes de que volvamos a ratear por estos montes astures.
¡ Id enfriando esos culines-oo!
(Cordero a la estaca, o tipo Vlad el empalador)
Pd Luis volvería en el puente mayo con su hijo, para cumplir con un precioso macho de primavera….pero esa es otra historia.
Pd2 En este viaje, nadie se puede llevar ratipoints por haber demostrado todos tino, deportividad y compañerismo.
(equipo con más peligro en la mesa, que en el campo. De izq a dcha: Lini, Nacho,Jose,Luis, Cristian,Sabino,Diego y Quico)
(Luis en su segunda incursión hizo por fin carne)